Entradas

Mostrando entradas de abril, 2019

San Antonio de Pichincha: De un ayer polvoriento a un mañana incierto

Imagen
  Conocí San Antonio de Pichincha a poco de llegar a Quito, cuando trashumaba por los caminos de Pichincha para familiarizarme con los nuevos rumbos que me había señalado la vida, y elegir páramos y montañas por los cuales caminar y trepar mis 35 años, mochila al hombro. San Antonio era un pueblo pequeño y caluroso que, a pesar de hallarse en plena Sierra y a más de 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar, disfrutaba de una cálida condición climática que le aumentaba sin reservas algunos grados centígrados a la temperatura ambiente: aquí el sol cae a plomo sobre la humanidad de residentes y visitantes, y al mediodía como plomo fundido: estamos en la línea ecuatorial y el sol es tan vertical que en dos fechas del año, 21 de marzo y 21 de septiembre, los Equinoccios, la sombra desaparece bajo los pies. El tamaño del pueblo a duras penas se extendía de sur a norte desde la quebrada que orillaba el cementerio, y