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UNA LECCIÓN INOLVIDABLE

Tengo un recuerdo claro de mi padre. Es como una pintura al fresco que va cambiando de escenario al vaivén de la nostalgia. Podría contar muchas cosas de un hombre de quien jamás escuché una mala expresión, trabajó toda su vida de sol a sol –literalmente–, nunca vi enojado, y se aplicaba unos pocos aguardientes en ocasiones especiales, como cuando los abuelos cumplían años o nacía un sobrino más en la familia. O cuando me gradué de bachiller. Pero hay un recuerdo que me visita a menudo y que aún hoy, cuando mi barba ya blanquea, humedece mis ojos de emoción y respeto. Pero el recuerdo requiere de un prefacio. Antioqueño de cepa, mi padre era un arriero campesino casi analfabeta. Al casarse con mi madre, toda la familia de ella: padres, quince hermanos, algunos nietos antecesores de la runfla que vendría después y, por supuesto, el yerno, salieron de Antioquia y se radicaron en un pequeño pueblo del Valle del Cauca, cerca de Cali, después de una corta temporada en Popayán, de donde qu

CRÓNICAS NOSTÁLGICAS… Conversando con artistas y poetas

 CRÓNICAS NOSTÁLGICAS…  Conversando con artistas y poetas Solía tener hasta hace pocos años algunas costumbres que podrían parecer hábitos si no fuera porque considero que los hábitos son perniciosos: son esclavizantes, son obligantes, son casi siempre nauseabundos como el cigarrillo, y ni siquiera son pecado, lo que les daría un matiz de gratificante vicio que los justificaría. Y los ennoblecería. Porque los vicios son voluntarios, compartibles y divertidos y, al contrario de los hábitos, siempre aceptan un “no” como respuesta. Así que acostumbraba comprar, cuando sobraban algunos dólares, un par de libros, la usual revista mensual National Geographic, la ocasional y ya inexistente Foreign Affaire, a menudo Qué Leer o las estupendas revistas de cine Nosferatu y Fotogramas o la imprescindible Gatopardo. De igual manera, otro de mis “vicios” hoy imposibles, dos veces al año un par de botellas de Glenfidish, ese estupendo whisky escocés de una malta, y otro par de botellas de coñac Rem
COOPERATIVISMO.   ALTERNATIVA HUMANISTA Y SOLIDARIA  DE LA ECONOMÍA SOCIAL DE MERCADO REGULADO   Antecedentes            Partimos de una idea básica, teniendo en cuenta la realidad económica mundial y, por cierto, ecuatoriana: no es la idea intentar eliminar el Capitalismo. Ello es imposible dadas las condiciones históricas, económicas y sociales del país, en donde el afán por ascender en la escala social, alimentado por una Educación dirigida a la competencia y no a la Solidaridad y el Bien Común, se ha convertido en un imperativo para las clases medias y en una necesidad agobiante para las clases populares. Pero que es, al mismo tiempo y como se puede colegir, una obsesiva decisión de pertenencia de las clases altas propietarias de los medios de producción, férreamente controladoras de los Modos de Producción, las Fuerzas Laborales y los Medios de Comunicación.            Sin embargo, sí es oportuno y necesario informar a la ciudadanía sobre las posibilidades favorables que una polít
REFLEX FILMO/POLÍTICA            Anoche vi dos películas en Youtube. Una por sugerencia de Luk Recia, Noches Blancas, de Luchino Visconti, con Marccello Mastroiani y María Schell, otra porque la tenía entre mis “cosas por ver y leer”, y la topé mirando los estantes: Hanna Arendt, referida a un período de la vida de la filósofa judío/alemana más importante del Siglo XX, protagonista de un escándalo político filosófico a inicios de los años 60 con ocasión del juicio y ahorcamiento de Adolf Eichmann en Jerusalén y la cobertura que hizo Arendt para la revista New Yorker.                     Noches blancas la había visto hace más de 50 años, cuando recién aparecía el Noeorrealismo italiano de Antonioni, Visconti, Rosellini, De Sica y otros. La había olvidado quizá porque entonces aún no sufría demasiados “dolores de ausencia”. Hoy resulta una metáfora de mis últimos 50 años. En fin, la vida…             La película alemana de Margareth von Trotta sobre Hanna Arendt, me dejó una teoría de la

MANIFIESTO PERIODÍSTICO FINAL Y URGENTE

DE PERIODISMO E INFORMACIÓN vs COMUNICACIÓN Y RR SS  Definiciones aclaratorias   PERIODISMO: Es la actividad intelectual Intermediaria entre la sociedad y los hechos y personajes del mundo, que presta el Servicio Público de Informar a la ciudadanía, sin manipulaciones ni intereses espurios. Dicho por el Periodista Griego Kostas Vaxevanis, “Periodismo es divulgar lo que algunos quieren ocultar”.  INFORMACIÓN: Es el conjunto de datos, procesados y ordenados para su comprensión, que aportan nuevos conocimientos a un individuo o sistema sobre un asunto, materia, fenómeno o ente determinado. EL REQUISITO FUNDAMENTAL DE AMBOS ES LA VERACIDAD.   COMUNICACIÓN: Es el intercambio de datos que se produce entre dos o más individuos con el objetivo de aportar información y recibirla. En este proceso intervienen un emisor y un receptor, además de los mensajes que se comparten. Es decir, TODOS SOMOS COMUNICADORES porque todos somos emisores o receptores de mensajes.  REDES SOCIALES: Las redes social

¿NO SOMOS NADA EN EL UNIVERSO? ¿EN SERIO?

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       Una de las frases más tontas, degradantes y conmiserativas con nosotros mismos, es una que escucho y leo a menudo: “Somos insignificantes comparados con la maravilla del universo”. Hasta los poetas caen, algunos, en esa ridícula exhibición de falsa modestia: “Somos una brizna de hierba arrojada al mudo furor del viento”, decía, creo recordar, Porfirio Barba Jacob. Y así otros.            Las religiones monoteístas nos abruman con la misma cantinela, despreciativa incluso de la que consideran “obra maestra del dios creador”, el ser humano. Somos una insignificancia –aunque nos hizo un dios todopoderoso, perfecto, omnipotente, omnisciente y eterno (que crea pendejadas como el insignificante ser humano, a quien puede hacer desaparecer de un… tsunami, por ejemplo)–, y debemos ser humildes y postrarnos agradecidos ante la majestad del creador, que a lo mejor acto seguido del agradecimiento nos avienta un camión, una roca, una ola gigante o un árbol encima. En fin, cosas de la religió

UNA TARDE, UN TRONCO, UNA PLAYA DESIERTA…

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Ninguno lo previó y mucho menos lo calculó. Pero el tronco estaba allí, sobre las arenas grises, como los restos de un naufragio. Pero no lo era; sí, un viejo y robusto tronco de ramas gruesas deshojadas por el tiempo y los vientos, traído a la orilla por las corrientes, llevado hasta el mar por alguno de los ríos que traían al mar el mensaje de la Sierra. Ni siquiera lo habían visto antes pues el sector norte de la Playa de Tonsupa, al norte de la casa-restaurante de don Evérgito, donde se comía el mejor ceviche de camarones de la zona, les era desconocido.                 Pero esa tarde, al anochecer, decidieron caminar antes de la cena hacia la punta de tierra que se adentraba en el mar como una pequeña península, para ver “qué había por allí”, aparte del pequeño aeropuerto privado, metros adelante del restaurante, y que pertenecía a un alto dirigente deportivo.                 “Debe de ser que el deporte produce mucha plata”, dijo ella como al desgaire. A lo que él contesto, “si es