ContraCorriente

A propósito de tomates verdes fritos…  O, conversando con poetas          Solía tener hasta hace pocos años algunas costumbres que podrían parecer hábitos si no fuera porque considero que los hábitos son perniciosos: son esclavizantes, son obligantes, son casi siempre nauseabundos como el cigarrillo –que ni siquiera es pecado, lo que le daría un matiz de gratificante vicio que lo justificaría. Y lo ennoblecería. Porque los vicios son voluntarios, compartibles y divertidos y, al contrario de los hábitos, siempre aceptan un “no” como respuesta. Así que acostumbraba comprar, cuando sobraban algunos dólares, un par de libros, la usual revista mensual National Geographic, la ocasional y ya inhallable Foreign Affaire, a menudo Qué Leer, Quimera, Letras Libres, las estupendas revistas de cine Nosferatu y Fotogramas, o la imprescindible Gatopardo. De igual manera, otro de mis “vicios” hoy imposibles, dos veces al año un par de botellas de Glenfidish, ese estupendo whisky e

Leo y escucho más a menudo de lo que parecería algo analizado a fondo y discernido a conciencia, que es malo para el país en general que se polarice la opinión pública en torno a Correístas y Morenistas. O Anti los dos, que es igual. Yo creo que no es malo si se deja a un lado lo que las personas SON, aunque ambos parece ser este rato el Arquetipo de dos clases de Ciudadanos, pero se atiende más a lo que REPRESENTAN. Existen, por cierto, lo dirán mejor que yo los antropólogos y, sobre todo, cierta antropóloga que visita a menudo mis recuerdos, muchos arquetipos del Ser Ecuatoriano. Somos multidiversos, multiculturales, multiétnicos y hasta multinacionales como yo mismo que tengo dos. Pero les propongo que sean reduccionistas y que, al final de ese ensayito de identificación Antro, se animen a decirse ustedes mismos a cuál de los dos arquetipos les gustaría parecerse, imitar, seguir, votar o aplaudir… o todo lo contrario. En cuanto a los que SON según lo que se