De dioses a propósito de "arte" Posmo…

Sencilla, asequible, cálida y muy clara en la exposición de sus ideas y conceptos en torno al Arte, Avelina Lésper dejó en los asistentes a su primera charla sobre El Sentido Poético del Arte, en la Casa Egüez de Quito, una grata impresión. Sin el metalenguaje abstruso ni las frases rebuscadas de la casta curatorial para tratar de explicar lo inexplicable, Avelina dio una cátedra de lucidez conceptual y de rigor intelectual. Y de pasión por lo que expone.

Pero Avelina, al inicio de su charla, se refirió a Dios como un Concepto que adquiere realidad al ser enunciado. Lo cual me llamó la atención en torno a uno de mis temas favoritos: dios y los dioses en general. He pensado desde hace muchos años que Dios es, justamente, una Idea. Una Idea humana puesto que es en la mente humana en donde nacen y se asientan las ideas, donde se desechan o desde donde se difunden. Una Idea perturbadora puesto que en su nombre el ser humano ha hecho cosas sublimes pero también tenebrosas y criminales en su mayoría. Y no quisiera pensar que la construyó en su mente justo para eso: para justificar su intrínseca maldad. Pues desde siempre y hasta hoy, se persigue, se excluye, se tortura y se asesina en su nombre. Algo absurdo si se tiene en cuenta que es lo que es (él mismo lo dijo a un profeta preguntón, según, claro, el profeta preguntón: “Soy el que soy”), pero no tiene presencia real a la que responsabilizar de lo que hacen sus fieles devotos. De lo que se puede colegir que es no solo una Idea perversa y sublime a la vez, sino un pretexto cómodo para cualquier maldad, sin asumir la responsabilidad que le compete a quien la comete: es Obra de Dios…

Pero una idea no es en sí misma una realidad. Es sólo la prefiguración de algo que puede o no existir, puede o no tener sustancia y forma y volumen o, al menos, presencia percibible por cualquiera de los sentidos humanos. Si acudiendo a Santo Tomás pensamos que “no hay en el entendimiento nada que no haya pasado antes por los sentidos”, la idea de dios es inconcebible. Pero Tomás no tenía razón. La mente, el entendimiento, pueden concebir ideas que no tienen existencia real. A no ser, a lo que no me opongo, que consideremos la imaginación como el séptimo sentido, el Sentido de lo Imposible (el sexto, como sabemos, es la Intuición, casi exclusivamente femenino).

Todos los creyentes le asignan corporeidad a su Idea de dios, cada uno a su modo. Y los no creyentes le podemos dar corporeidad mental a la Idea del Unicornio Azul de Silvio, al dragón chino o druídico, al basilisco borgiano, al Centauro griego e incluso a la Patasola de los campesinos colombianos. Hasta los podemos dibujar o pintar como se han dibujado y pintado al dios cristiano y a los múltiples dioses de las culturas humanas a lo largo de la historia. Como los que se ven en estas representaciones diversas de dioses y otros engendros de la imaginación, que les dejo en mi serie Seres Imaginarios, para recordar el bello libro de Borges.

Con lo cual, Avelina aportó un argumento que valida la existencia mental de dios o de los dioses: tienen existencia a través del Arte. Sin el Arte, serían lo que son: una entelequia. Y no tendrían existencia de representación.

Me divertí, me interesé y aprendí. Gracias Avelina.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CRÓNICAS NOSTÁLGICAS… Conversando con artistas y poetas

¿NO SOMOS NADA EN EL UNIVERSO? ¿EN SERIO?

FONDOS DE INVERSIÓN. EXPLICACIÓN SIMPLE