REFLEXION DE VIERNES RedesSociales y arte PosmoConcept…

Lo han intentado algunos intelectuales críticos como Umberto Eco, cuando dijo que las Redes sociales le han dado voz al tonto del pueblo. Al igual que al perverso, al calumniador, al criminal, al estúpido, al chismoso, al hipócrita, al políticamente correcto, al moralista y al fanático, y hasta al perro y al gato.
Escuchando anoche (junio 23/17) la última conferencia de Avelina Lésper en la Casa Égüez, en la que desmontó en una hora toda la ridícula faramalla del Arte Conceptual Contemporáneo, cuyos gurús, una caterva de curadores y críticos a la violeta que ven Arte en un mingitorio o en una cajita con mierda y se han apropiado abusivamente de las voces Arte y Contemporáneo como si los bisontes de Altamira o el David no fueran contemporáneas de quien las mira y le significan algo. Lo cual es el propósito del Arte: significar, no hacer bostezar u obligar a leer una cédula incongruente para tratar de desentrañar que diablos “significa” un arrume de basura en un rincón.
Así que la Conferencia me dio la impresión de que, al igual como esa retahíla de idioteces con nota explicativa que hoy inunda museos y galerías y bienales necesitaba una voz que la desnudara, o más bien que la vistiera con el Traje del Emperador, así también las Redes Sociales, como vehículo de comunicación que no alanza a ser Información y mucho menos reflexión o pensamiento, necesitan su Avelina Lésper para ponerlas en su lugar: son una gigantesca cloaca en donde el odio, la estupidez, la cursilería familiar y romanticoide (romántica sería otra cosa), la estulticia, la ordinariez y, sobre todo, la Ignorancia, copan los espacios al extremo de que no permiten ni siquiera un intento de debate, porque enseguida aparece la ballena sorda del imbécil con smartphone o el miserable insultador con iPad.
Es por eso que los Proyectos Progresistas de Cambio en América Latina, están perdiendo su batalla más crucial de la Guerra por el Cambio, la única batalla que puede conducir a la victoria: La batalla de la Información. Y la están perdiendo porque la derecha Capitalista, que sabe lo que quiere y sabe cómo conquistarlo a las buenas o a las malas, les han hecho creer el embeleco de que la Opinión Pública y la Información válida que permite formarse esa Opinión, están en las Redes Sociales, en el FB y en los espacios virtuales efímeros e inmediatistas, e incluso en los espacios radiales y televisivos copados por la mediocridad farandulera.
Claro que estos Espacios, virtuales, radiales y televisivos, crean comunicación, que puede ser cualquier cosa. Comunicación tendenciosa, prefabricada, manipulada y deformada para parecer lo que no es, y ser únicamente lo que parece.
La recuperación de Espacios por la Derecha en América Latina, no ha sido posible porque las Redes Sociales hayan creado opinión (salvo unas cuantas webs o blogs serios y honestos) sino porque han creado desinformación, mentira y distorsión de la Realidad. Y todo eso ha sido sustentado por los Medios que SÍ la crean, para convencer al mundo de que La Verdad está en lo que dice la vocinglera algarabía de la ignorancia alborotada, y le dejen al Sistema el manejo de la política, la economía, “los bienes terrenales del hombre”, los Recursos Naturales y la Vida misma. Y todos alelados chateando mientras el Capitalismo nos convierte en tornillos oxidados.
No son los trolls ni los hackers ni los Youtubers ni la mayoría de los blogueros los que Crean Opinión Pública. Son solamente la parafernalia ruidosa que hace escándalo, llama la atención y manipula el pensamiento de las mentes débiles.
Los que han hecho posible que la Derecha recupere algunos de los pocos espacios políticos que logró ganar en 20 años la Revolución Ciudadana o el Proyecto de Cambio, son los Medios Privados tradicionales que, a pesar de mentir y distorsionar la realidad, mantienen una influencia y una capacidad de penetración y permanencia de la que carecen las Redes Sociales.
Ninguno de los Medios tradicionales, ninguno, ha renunciado a su presencia física en Papel y confiado exclusivamente en sus páginas web. Ninguno. Adivinen por qué…
Allí está la concientización torcida de las masas para que se traguen entera la desinformación, la mentira, la calumnia pelagata, la manipulación mediática. A Lula y a Dilma y a Cristina no los tumbaron y le ganaron las Redes Sociales. Fueron O’GLOBO, EL CLARIN, LA NACIÓN, EL NUEVO HERALD, EL NEW YORK TIMES, EL PAÍS, entre otros.
Abramos los ojos. Una cosa es comunicar y desparramar falacias, farándula y chismes, y otra cosa es informar, crear reacciones y reflexiones; producir pensamiento, no basura inane; sentar opinión, no regar chismografía barata.
Eso, pensar, reflexionar, analizar, entender y debatir, lo consiguen la Prensa Seria y La Palabra Escrita, permanente y eterna. El resto de lo que llamamos alegre e irresponsablemente Comunicación, eso solo eso: la algarabía del payaso de feria que anuncia el truco de la mujer barbuda. A ver si apagamos la novelería posmoderna…
Pongo un ejemplo real y cercano: ODEBRECHT. Ya se sabía por las Redes sociales, por la radio e incluso por una que otra televisora brasileña, la tremenda corrupción de esa Empresa en toda América. Pero a nadie le importó. La Opinión Pública pasó por encima de la palabrería hueca de Redes y las ondas, hasta cuando un Diario importante, O'GLOBO, puso esa tragedia de corrupción PRIVADA en su Primera Página, y lo siguieron los diarios y revistas más importantes del mundo occidental. Antes de eso, ODEBRECHT no existía para la opinión pública.
El Proyecto de Cambio, el Progresismo en América Latina como primer paso al Socialismo humanista distributivo, requiere de inmediato, si no quiere naufragar en el lodo del Capitalismo Salvaje sustentado por la Dictadura mediática escrita e influyente, una Plataforma de Medios Escritos veraces, honestos, informativos, analíticos y serios, que le hagan frente a esa parafernalia mediática vendida al Capitalismo Neoliberal.
Las Redes sociales, para decirlo claro y recordar a Avelina Lésper, son exactamente como el Pseudo Arte Conceptual Contemporáneo Posmoderno, el Artecito Posmo: Basura intrascendente que agobia con su inmediatez apresurada e irreflexiva y con su presencia ostensible y degradante. Son intrascendentes pero crean la ilusa ilusión de estar informados, cuando a duras penas estamos siendo bombardeados por el odio, la mentira y la chismografía.
Apaguemos el Smartphone y abramos una buena revista o un periódico serio, o un libro de Análisis de la Realidad: ahí está la Verdad que se busca, no la verdad que nos fabrican en serie los Medios privados comprometidos con el Capital, ni las Redes Sociales con su aguacero de mediocridad y facilismo, del cual, sin duda, escapan por supuesto blogs y páginas web que eluden la intrascendencia y permiten reflexionar.

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