REFLEXIÓN CINEMATOGRÁFICA Y GENERO/RELIGIOSA.


Anoche vi una película que tenía postergada un par de años, pero que me interesó por dos críticas muy discordantes que leí sobre ella, su guión, dirección y protagonistas. La chica danesa.
Viéndola, confirmo dos ideas viejas: Una, que la Academia de Ciencias de Hollywood, o sea el Oscar, aún le tiene terror al tema del género y el sexo y los manejan con las pinzas de la hipocresía: la nominaron a 4 Oscars 2016 pero a duras penas le concedieron el de Actriz Secundaria a Alicia Vikander, Gerta en el filme.
Y dos, que frente al mismo tema, y por cierto frente a casi todos, mujeres y hombres somos muy distintos y percibimos las cosas de manera casi diametralmente opuesta. No juzgo. Solo señalo un hecho evidente que en ningún momento implica un juicio de valor. No somos ni mejores ni peores uno que el otro: somos distintos, cada quien con su propia naturaleza.
       Vale la pena contrastar las críticas mencionadas pero, sobre todo, ver la estupenda película de Tom Hooper y el trabajo actoral de sus protagonistas extra Hollywood: Eddie Redmayne, Alicia Vikander, Matthias Schoenae, Ben Whishaw y Amber Heard.
       No reproduzco las críticas pero doy los links. Y señalo dos comentarios contradictorios. Por mi parte, ya diré adelante lo que pienso. Pero la recomiendo.

Frente al protagonista, Eddie Rdmayne (el Stephen Hawking que ganó el Oscar por su papel en la Teoría del todo), esto dicen las dos críticas:

Definitivamente Eddie Redmayne es un actor extraordinario. Enrique Posada en El Espectador.

Eddie Redmayne (…) no logra que creamos a la mujer que lleva dentro. Paula Arantzazu Ruiz en el blog Sensacine.



Pero decía que Hollywood le tiene miedo al tema del género y el sexo, aunque este último lo explota sin enfrentarlo en serio, igual que a la locura o a la violencia. Recuerdo Átame, de Almodovar, prohibido un tiempo en USA porque Almodóvar se atrevió a decir que el amor puede curar la mente.
No es un tema fácil. En los años 20, una pareja de artistas plásticos en Copenhagen, pintores, tienen un muy buen matrimonio e incluso admiración mutua por su trabajo: paisajista él, Einar; retratista ella, Gerta. De pronto una modelo de la pintora falla y Gerta le pide a Einar, su marido, que pose para ella en el papel de mujer, y la llama Lili. Con alguna reticencia, Einar acepta y en su mente empieza a desarrollarse un oculto drama interno. Oculto, hasta ese momento, incluso para él mismo: Einar es, en su interior, una mujer, aunque en su exterior parezca hombre, signos externos incluidos.
El drama, real en la vida real, toma fuerza cuando la mujer que Einar lleva dentro, se niega a desprenderse de su nueva pero latente imagen femenina. Causante del desfase, Gerta termina por apoyar a su marido a pesar de que lo ama como hombre. Pero trata de entender el conflicto, y lo asume. Y decide ayudarlo para sus consultas psicológicas, que no producen resultado alguno sino, en esos años, rechazo de los psiquiatras, uno de los cuales pretende internarlo en un manicomio como “esquizofrénico”.
La trama se mantiene con una Lili cada vez más adueñada del cuerpo de Einar, lo cual le resulta no solo atractivo sino necesario: Se siente mujer. Así que consulta a un cirujano que le ofrece eliminar sus signos externos masculinos y, en una segunda operación, construirle una vagina. Einar/Lili o Lili/Einar, sueña con casarse y hasta con tener un hijo. Pero su cuerpo masculino o andrógino reacciona distinto, y el drama se precipita.
Es una estupenda película que se permite tratar un tema que incluso hoy genera resistencias en una sociedad excluyente, ultra conservadora, religiosa, que aún cree que el ser humano ha sido “creado” por dios a “nuestra imagen y semejanza”, como dice el Génesis. Lo cual me lleva a otra obsesiva inquietud personal, que viene al caso de carambola.
Dios, para dejarlo claro, NO existe. No hay ninguna posibilidad de que la Idea de dios, que como idea no solo existe sino que aún le es necesaria a una humanidad que implora a la divinidad el apoyo espiritual que no encuentra en sí misma, y además persigue la esperanza en un más allá mejor que la trágica realidad de la vida actual para la gran masa de creyentes. Y no existe porque el dios bíblico judeo cristiano, idea mitológica tomada de religiones mucho más antiguas que la fundada por Moisés, se supone que es para el creyente un dios Perfecto, Omnipotente, principio y fin de todas las cosas según el dogma, es decir, alguien que no puede equivocarse.
De lo que se deduce, por simple lógica, que si ese dios ha creado el ser humano a “su imagen y semejanza”, este no podría menos que ser como su dios: PERFECTO, aunque sea en su naturaleza humana. Pero llevar en esa naturaleza el conflicto casi siempre irresuelto de dos géneros, como ocurre con un no escaso porcentaje de la humanidad que es y se considera a sí misma Tansexual, hombres y mujeres confundidos en un solo sexo externo contrario a sus propias percepciones, SERÍA UN SERIO error del creador, que dejaría sin piso conceptual su OMNIPOTENCIA. O sea su condición Divina. Para no mencionar las 5 extinciones masivas que demuestran que ni la naturaleza ni los seres vivos le quedaron bien hechos como correspondería a su Divinidad.
A no ser que pensemos, como debería ser, racional y científicamente, que somos producto de la Evolución Natural de todos los seres y, por lo tanto, imperfectos y en lenta construcción aún.
Pero me salí del tema. O entré por otra puerta… 


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